Tuve un sueño, un sueño en el que tropezaba y caía sobre el barro. Ya no intentaba levantarme. En ese momento apareciste allí, con la mano tendida, esa sonrisa perfecta en el rostro y con una dulzura única en tus ojos me miraste, y sin decir ni una sola palabra, sin importar que el barro te ensucie me ayudaste a levantarme, solo tú.
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